20230319 Devta Singh
Me pregunta José Catalán Deus, si no me preocupó meterme en una secta, cuando entre en Kundalini Yoga, y te diré que no, que todo me parecía coherente y que no había comportamientos raros, y que si en una secta es fácil de entrar y difícil de salir, lo que cuesta en Kundalini Yoga es que la gente se quede, porque requiere compromiso y esfuerzo.
En aquella época España estaba brotada de sectas, y mi hermano Carlos y yo veíamos con interés los carteles de NUEVA ACRÓPOLIS con una águila dorada con las alas desplegadas, con interés, pero nunca llegamos a meternos, y si que estuvimos leyendo el libro de Ronald Hubbard Dianética, y empezamos el de Tus Zonas Erróneas, como sabes Dianética fue la base de la Iglesia de la Cienciología, pero tampoco llegamos a meternos, quizá como habíamos sido falleros, estábamos vacunados, o simplemente nos interesaba el conocimiento y la lectura nos tenía absortos.
Era la época en la que leíamos 1984 de Orwell tan de moda ahora o Mundo Feliz de Aldous Huxley, y también Sidhartha de Rudolf Hess.
Leíamos Asimov y otras cosas más ligeras incluso combinándolas con cosas como Dianética.

Yo creo que la lectura y el hecho de tener una familia que tenía mundo encima, y que era unipolar, si no que había muchos elementos culturales en ella nos permitía tener una visión diferente y no quedarnos iluminados y cegados por el primer foco que percibíamos en nuestra vida.
Mi madre era de Guatemala, se había criado viajando entre Guatemala USA y Europa, estudió bellas artes en Tampa, Florida, y trabajó en el Consulado de Guatemala en Barcelona. Mi padre había estudiado física y matemáticas, y en aquella época era un preparador para exámenes de matemáticas y física, que enseñaba en una academia en Barcelona, mientras alternaba con su afición como futbolista amateur en el Sabadell.
En el fondo, yo creo que cuando uno está listo para las sectas, aparecen y te pescan, pero quizá nunca estuvimos listos. Hablo siempre en plural, porque recuerdo que yo y mi hermano carlos que nos llevábamos dos años, y aunque yo soy el mayor el era el intelectual y más leído, compartíamos lecturas y experiencias.
Cuando entré en Kundalini Yoga, como te conté antes lo hice de forma casual, y fue enterándome de una forma super orgánica, y no a partir de las clases de yoga, si no en conversaciones en la cocina del piso que teníamos en Clara del Rey, 81, en Madrid.
Yo fui entrando por el uso del Gui, o tomando Yogui Tea, o haciendo leche dorada, aprendiendo la base de la cocina ayurvédica, haciendo sofritos de ajo, jengibre y cebolla, para luego echar lo que fuera, y viendo remedios como un cuarto de jalapeños triturados en leche y tomados con miel, y aplicando miel a las mucosas de los labios para evitar que salieran ardiendo.
Aprendí de las mezclas de Ambrosio de chiles que llevó a arruinar un tupperware de plástico deformándolo como si le hubieran echado acetona, o de comer kitcheri por norma en cada primavera para re establecer el ritmo en el cuerpo y darle oportunidad de desintoxicarse.
Fue una introducción muy gradual y muy llevadera, Sarabjit Cocinaba sano y delicioso, y yo comía. Poco a pocos sin darme cuenta me hice lacto vegetariano, y cuando volvía a Valencia a darme un homenaje con mis amigos en la casa gallega, noté que el olor de mi cuerpo había cambiado y comprendí el poder de la dieta. Y ahí es cuando decidí hacerme vegetariano.
De todas formas yo no tuve que preocuparme de estar en una secta, ya lo hizo mi familia, aunque fue breve, apenas 6 meses o menos, simplemente les preocuparon mis cambios, el ir dejando de comer carne, y el empezar a recitar el japji por las mañanas o hacer yoga eran cosas que en mi casa por muy cosmopolita no solían pasar ni verse. Mi padre aprovechó una escapada para venir a vernos y perseguir a mi amada como si estuviera robando a su niño de la cuna, pero al final comprendió que eramos dos enamorados felices y que no había tal secta en nuestra forma de vida.
Poco a poco me fui estableciendo en mi nueva vida y fui siendo más Devta y así es como llegamos a donde estamos ahora.
Sin embargo si que he visto comportamientos sectarios y muchos que usan la honrosa palabra kundalini para ello, pero ninguno de ellos ha venido de gente que practique Kundalini Yoga tal como lo enseñó Yogui Bhajan.
Algunos hacían cosas parecidas, y otros se encumbraban como gurús o líderes, pero eran grupos donde no había muchos practicantes, eso si, con el seso bien sorbido.
He lamentado mucho el mundo de las sectas espirituales, pues he tenido algunos alumnos que antes de caer en nuestras clases habían estado deambulando por alguna de esas sectas, que lo único que hacen es confundir la mente de las personas prometiéndoles cosas que no les pueden dar a cambio de su tiempo, dinero y energía vital.
También he conocido personas que han estado en otros grupos que desde la sociedad son calificados de sectas, o al menos en aquel entonces (hace ya 30 años), como los gnósticos, Rosa-cruces y algunos tipos de masones, o sin ir más lejos los hermanos Hare Khrishna, que en los años 80 al igual que muchos otros grupos como los propios de Kundalini Yoga fueron la salvación de muchas personas que había caído en comportamientos adictivos y que a muchos se los llevó por delante una sobredosis o el SIDA.
Pero pasado este tiempo, y viendo las redes sociales, las sectas más peligrosas son las organizaciones mafiosas como las relatadas en el Expediente Royuela, que permean la sociedad, y cuya profundidad es insondable, ya que básicamente corrompe a los seres humanos, y las agrupaciones políticas, que parecen sectas mucho más duras y eficaces en el control de sus adeptos. No cabe la crítica, no cabe la opinión, los mantras y las claves se repiten de la misma forma que se reciben sin un atisbo de raciocino o de comprensión, ni un milímetro de comprensión.
Y sin duda la secta más poderosa de todas las que he visto ha sido y sigue siendo la que maneja los hilos de los políticos, aparentemente en la cima, allí en cada país, y que apenas estamos saliendo de la segunda fase de algo que nos ha envuelto tres años (estamos en 2023) y que no puede nombrarse. Algo que se prometió primero como algo que pasaba lejos, luego llegó y se instaló, nos sometieron con excusas y engaños y llevaron a casi todos a tomar un remedio innecesario que está haciendo ahora las cuentas de resultados de las funerarias. Es algo de lo que todavía no se puede hablar claramente, pero que compite con cualquier otra secta peligrosa de la que podamos hablar.
Sin embargo puedo decir que habiendo estado entrenado en estar y ver grupos de un tipo y otro, saldremos adelante, y aunque al igual que los 80 se llevaron a los más destacados y vivos aspirantes al cambio, y ahora la cosa y el tratamiento se están llevando y llevarán a mucho más, la humanidad está liberándose de un yugo de siglos o milenios y realmente la Era de Acuario está rompiendo, nunca mejor dicho, con lo establecido en la Era de Piscis. Aún queda, trabajo queda, individual y de grupo, pero veo que se va a acabar el sometimiento conocido.
Y para prueba, ver que el oficialismo está empezando a jugar la carta comodín, la de invasión extraterrestre, ya sin tapujos, lo que significa, que ya les está costando mantenernos distraídos con los sonajeros que ya conocemos y de los que nos hemos cansado: lucha política, nacionalismo, feminismo, transexualidad, guerra.
Hasta la leyenda negra española ha caído, tiempos de cambio sin duda.
Y aunque mucha gente sigue distraída con los distintos sonajeros y algunos desgañitándose con las cosas que nos dicen, estamos en lo mismo, en lo relevante, en el momento de siempre, el que no ha cambiado. El momento de saber quien eres y descubrirlo, y de comprender qué eres y ejercerlo.
El amor traerá el resto, y recordemos que todos somos uno bajo el cielo.
No hay secta que pueda controlar el desarrollo humano.
Quiero añadir que cuando exploras, si sabes quien eres y dónde estás, no tienes miedo, vas des enrollando la realidad que hay delante de ti, y esa intrepidez o esa forma de ignorar el riesgo la heredé de mi padre.
Por otra parte hay una parte de ti que te permite estar seguro estés donde estés, y razonar y reflexionar sobre lo que ves, y si hace falta volver a la zona segura que ya conoces (o pedir ayuda). Y esa cosa práctica y al tiempo cauteloso, la heredé de mi madre.
Y a ambos les debo el haber podido explorar la vida satisfactoriamente hasta ahora, disfrutando de todos los momentos, buenos y malos.
Porque me educaron en el amor, y en el amor a la vida, a la aventura, y al descubrimiento, a explorar y probar, a establecer y crecer, me ayudaron a ser el humano que soy, y eso siempre, infinitamente se lo deberé al amor y apoyo que siempre me dieron.