Devta Singh
20230109
A menudo, cada vez más, me encuentro con personas que son juquetes rotos.
Probablemente todos lo somos a los ojos de alguien que vio algo mucho mayor y mejor en nosotros. Pero que ahora solo ve, alguien cedido, abandonado. O perdido alrededor de si mismo, o buscando una idea absurda.
¿Cuál es la diferencia entre una persona y un juguete roto?
¿Cual es la diferencia entre una persona y un zombie?
La noción de realidad, y la percepción de la posibilidad. Esas dos cosas tan dolorosas a veces marcan del todo la diferencia entre ser una persona y convertirse en un juguete roto.
Aquel que vive atrapado en su círculo conocido, no por más o menos doloroso, si no por no verlo, no ser capaz de ver su atrapamiento.
Y no estoy hablando de viajar o de ir lejos, estoy hablando de atreverse a hacer otras cosas. Cosas que estén fuera de la zona de confort.
Reconozco que usamos a menudo con ligereza el término «la zona de confort», cuando la vida, para muchas personas, en muchos momentos es doliente, difícil y centímetro a centímetro han de arrastrarse para llegar. No me refiero a un confort maravilloso e ideal como en Sisí Emperatriz, con todo lo que sufrió la pobre vivió en jaulas de oro, cómodas.
No por más doradas son menos jaulas, no por más conocido el dolor es menos doloroso.
Pero incluso en ese caso, la zona de confort es lo habitual, lo acostumbrado, aquello a lo que ya estás hecho.
Atreverse a salir de la rutina, de la ruta, del camino que recorres como animal herido, buscando tu yo, puede ayudarte a encontrarlo.
Es ese gesto de agbandonar lo conocido, lo que permite el cambio.
No es poco, es cambiar el circuito, cambiar la expectativa y cambiar la actitud.
Si tu rutina te ahoga cámbiala, si no puedes cambiarla, aderézala, decórala.
Si tu niño, al que adoras te tiene harta, simplemente haz cosas nuevas con él o dale la oportunidad de sacarte de la zona de confort.
Recuerda que la diferencia entre un juquete roto y una persona, es la aceptación de unas expectativas que no coinciden con la acción.
Si te has quedado desconectado de la realidad y lo que piensas no influye en tu realidad, puede que seas ya un juguete roto.
Puedes volver a reengancharte a la vida, no te permitas proseguir y ahondar en ese sufrimiento automatizado y alienado y llegar a ser un zombi.
Simplemente tira algunas de tus creencias y expectativas y déjate sorprender por la vida.
Que tu jaula se transforme en un trampolín.
Que tu vida sea tu regalo y no tu carga.
Lo más difícil es cambiar tu, pero ese es el cambio que estás esperando, y como la vida es misteriosa y compasiva, nos está trayendo esos cambios para todos, para transformar el panorama y hacer que nuestra dolorosas rutinas carezcan de sentido.
Mira lo que viene, está ahí delante de ti, mirándote, acepta el cambio, y muévete.
Espero que tengas un gran año de cambios, y que disfrutes de tus rutinas. Pero no dejes que unos ni otros ahoguen la luz infinita que habita en ti y que me hace verte como un humano maravilloso y no como un juguete roto.
Un gran abrazo.
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