La cena liberal

Hace unos días partipé en una cena con unos cuantos proto-liberales y un montón de ciudadanos cabreados con los políticos.

Era la cena que organiza cada cierto tiempo un conocido periodista, metido a locutor de Radio y escribiente de manifiestos y libros más o menos liberales.

Liberal es un término que para mi ha significado mucho y que mucha gente utiliza con exceso. Liberal significa amante de la libertad, la propia y la ajena, y ese es el motivo por el que los liberales deberían respetar la liberta, la opinión y el juicio de los demás por encima de ¿todo?. No, sólo hasta el límite de la propia libertad, opinión y juicio.

Y creo que el problema del mundo actual existe básica y esencialmente porque mientras los liberales (respeto ajeno, trabajo propio), y los progres (trabajo ajeno y respeto propio) están dandose gorrazos los unos a los otros (unos con yelmos de mambrino, los otros con liberales gorras de béisbol -baseball, más que pelotabase-). Mientras tanto un sigiloso grupo de desalmados, unos simples usureros y otros arquitectos políticos y económicos, se reparten y organizan el mundo en el que vivimos todos, incluidos liberales y progres.

Hasta que los progres no se den cuenta de que el progreso no es tal sin libertad -confundida a menudo con transgresion-, y hasta que los liberales no se den cuenta de que no es posible el progreso sin arremangarse hasta la cintura -confundido habitualmente con ser radical-, hasta entonces el mundo seguira estando hurtado a todos menos a los que teniendo el cuchillo siguen repartiendo y quedandose la mejor parte.

La cena del otro día fue muy interesante porque en la mesa en la que estuve, estuvimos hablando de las preocupaciones humanas, el karma, el sentido de la vida, el reflejo del ser en todos sus actos, incluida la caligrafía y el dibujo. Mientras que el entorno giraba entorno a las elecciones y a plantear como mejorar y ganar las siguientes.

Muchas señoras arregladas, muy guapas y elegantes, eso sí. Muchos tipos de edades indeterminadas buscando ver a sus ídolos radiofónicos, pero la critica que se respiraba a las palabras, el fondo y la forma no conseguía subir a los micrófonos.

Al menos nos alegró la vista el equipo de redacción que organizó el sarao. Felicidades a todos.

Si Moisés hubiera sido abandonado en una cuna tejida con estos mimbres, se habría ahogado. ¿Cuanto tardaremos en ser realmente hermanos?

P.D. Dedicado a aquel comentarista que me llamó un día «primer yogui facha»

P.D.2 Si en el centro y la derecha están tan perdidos, no digamos en la izquierda, cuyo líder ha renunciado antes de sentarse en el sillón de concejal por el que tanta lata ha dado. Es que eso de salir del armario a destiempo… Bueno, mientras el gafe siga poniendo candidatos…

Interesante país, y tiempos interesantes estos, líbrate de vivirlos decía Seneca.

Acerca de

No hay mucho que decir de cierta importancia sobre mi. Soy Sikh, profesor de Kundalini Yoga, también formador de profesores de K.Y. y doy algunas clases de K.Y. He sido programador de páginas web con resultados dispares. También he sido profesor de programación y diseño elemental de páginas web con HTML, JavaScript y PHP. Afortunadamente colaboro con una academia de renombre en el aspecto técnológico: CICE, donde doy cursos basados sobretodo en tecnología web: PHP, Javascript, HTML, CSS, Ajax. Así como MySQL http://www.ciceonline.com Siempre relacionado con tecnologías de código abierto. Ahora estoy volcado en un proyecto de comunidad yóguica en el campo, en Guadalajara. Well there is not more important to say about Devta except that it's me! I am a Kundalini Yoga Teacher, spanish, fallero, and I had being a computer programmer, oriented to PHP and Web Pages and Web Applications. Fortunatly I work in CICE, a technology and computer academy, in Madrid. http://www.ciceonline.com. There I teach PHP, Javascript, HTML, CSS, AJAX and other web related techonolgy, and MySQL. Always related open source technology and code. Now I teach K.Y. classes and teachers training courses. More and more I am working to build up a little yoguic community in the country, in Guadalajara, near Madrid (Spain).

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2 comments on “La cena liberal
  1. adi kaur(cristina) dice:

    querido Devta,

  2. adi kaur(cristina) dice:

    querido Devta,

    leo tu blog habitualmente y me encanta. ya que no nos vemos a menudo, es una forma de seguir en contacto con vosotros. además me siento motivada con tus artículos.

    Te voy a enviar un escrito que he recibido hace unos días de un foro de proyectos comunitarios. Es un alegato contra la pena de muerte. Te lo mando, porque me parece que las razones que da el autor contra la pena de muerte y la no violencia son unos motivos muy yógicos.

    Un beso muy fuerte,

    adi kaur

    (Celh)

    Algunos escritos sobre la No-Violencia en este caso Lanza de Vasto

    Lanza del Vasto: “De la Noviolencia Activa”
    Tortuga Domingo,6 de marzo de 2005

    Desempolvamos y resumimos unos añejos textos sobre la Noviolencia Activa. Su autor, el filósofo francés Lanza del Vasto, fue quien trajo a Europa la Ahimsá (Noviolencia) de Gandhi. Escritor de numerosos libros de filosofía y teología, Lanza describió las semejanzas entre el pensamiento de Gandhi y el cristianismo. Se le recuerda por ser el fundador de las Comunidades de El Arca, una experiencia de vida comunitaria alternativa al Sistema, que aún sigue existiendo.
    El Grupo Tortuga trabaja desde unos posicionamientos de Noviole ncia Activa más sociopolíticos (ver en página principal el documento del grupo “Socialismo Autogestionario Noviolento”), pero nos parece interesante este acercamiento a las dimensiones más antropológicas y por otra parte “antiguas” de la teoría de la Noviolencia, a cargo de uno de sus principales creadores.
    Extractamos unos pequeños pero muy ilustrativos párrafos del capítulo “De la noviolencia activa” del libro de Lanza “Umbral de la Vida Interior” Salamanca 1976. Sígueme.

    ——————————————————————————–

    De la noviolencia activa.
    La noviolencia es simple, pero sutil.
    Si es tan difícil aplicarla y hasta captarla, es porque resulta totalmente extraña al común de las costumbres. (…)
    …sólo se puede hablar de la noviolencia si hay conflicto. No se puede llamar noviolento al que busca refugio mientras el mundo se incendia. El que vive tranquilo, quizás sea noviolento, pero no lo sabemos. Se sabrá el día en que estalle el conflicto y lo veamos resolverlo sin recurrir a la represión ni a la astucia.
    Porque la noviolencia consiste en decir ¡no! a la violencia y sobre todo a sus formas más virulentas: la injusticia, el abuso y la mentira.
    ¿Cuales son las actitudes posibles frente a un conflicto?
    De entrada vemos cuatro.
    La primera, volver la cabeza y eludir el problema, sobre todo cuando no se nos ataca directamente, porque, como es sabido, “siempre tenemos suficiente valor para soportar los males ajenos”. En resumidas cuentas, eso no nos concierne. Permanecemos neutrales o mejor dicho, no permanecemos, ya que escurrimos discretamente el bulto.
    La segunda actitud es la de meternos con bravura en la pendencia, devolviendo golpe por golpe o dos por uno, si podemos.
    La tercera es la de girar sobre los talones y tomar rápidamente las de Villadiego.
    La cuarta, levantar las manos, caer de rodillas, implorar gracia, invocar la clemencia de Augusto; en resumen: capitular.
    ¿Será posible que haya una quinta actitud?
    La quinta actitud es la noviolencia. La quinta actitud excluye las otras cuatro por igual.
    Excluye la neutralidad.
    Excluye la pendencia.
    Excluye la fuga.
    Excluye la capitulación. (…)
    ¡Paff! ¡En la mejilla! Oiga señor, no se vaya, se le olvidó algo.
    Que tengo dos mejillas señor.
    ¡Trata de explicarle a la gente porqué obras así! Y diles, primeramente, que es muy raro encontrar un malvado lo bastante valiente y perseverante en su maldad, como para aprovecharse indefinidamente del ofrecimiento y de la impunidad. Que hasta has llegado a ver rabiosos detenerse como fulminados. ¡Explícales porqué!
    Diles:
    Obro así porque sé que mi enemigo es un hombre.
    ¡Un hombre, comprenden, un hombre!
    ¡Bah! No hay porqué gritar tan fuerte. Eso lo sabe todo el mundo.
    ¡Claro! Lo sabes porque es evidente, pero sobre todo porque estás apaciblemente sentado en una silla.
    Pero en el ardor del conflicto, cuando la sangre se te suba a la cabeza, ¿la evidencia no va a darse vuelta de golpe?
    ¿Y no se encargará tu enemigo, por sí mismo, de ofrecerte la prueba irrefutable de que es una bestia dañina, un monstruo, un demonio?
    Quizás tu enemigo sea feroz, implacable y de una fuerza irresistible, ¡pero cuánto más difícil de vencer, más feroz, más implacable, será la tentación que te invadirá de considerarlo un bruto, un monstruo, un demonio!
    Es aquí cuando hay que afirmar la difícil verdad:
    que es un hombre “un hombre como Yo”.
    Si es un hombre, el espíritu de justicia está en él como en mí.
    Pues el espíritu de justicia está en todo hombre. (…)
    Ahora bien, mi causa debe ser tan justa como dos y dos son cuatro, o la noviolencia nada podrá hacer por ella. (…)
    ¿Quien es, pues, el malvado? ¿Quien me arranca mis haberes, quien pisotea mis derechos, quien desea mi muerte y la de los míos? ¡Ese tipo, ese bruto, ese sinvergüenza, ese asqueroso, ese calculador desalmado, ese traidor, ese hipócrita, ese crápula, ese canalla, en una palabra, mi enemigo! ¿quien es?
    Un hombre que se equivoca.
    Esta comprobación es de suma importancia porque en ella se asienta la noviolencia.
    La primera consecuencia que se deduce de esta comprobación, es que estoy dispensado de odiarlo. Pues realmente sería vano, ridículo, importuno y completamente injusto odiar a un hombre porque se equivoca.
    La segunda consecuencia es que tengo el deber elemental y urgente de sacarlo de su error. (…)
    La tercera consecuencia es que tengo ante mí mi tarea y mi batalla como un plan trazado: debo derribar una a una las justificaciones de mi enemigo, esas justificaciones que lo defienden, lo encierran y lo ciegan, hasta dejarlo solo y desnudo ante su propio juicio.
    La verdad hará triunfar su razón contra la de él.
    Y yo habré encontrado la solución del conflicto. (…)
    Se dice muy pronto y es expresión muy feliz, pero no debe creerse que se consigue con una varita mágica.
    Dijimos que la noviolencia es simple, no que sea fácil.
    Ya es bueno saber y hacer admitir que es posible. Aún cuando cueste fatigas y afanes (y sobre todo pensamiento) cuesta menos que la violencia. No la siguen la derrota, la humillación y el desquite. Es sabiduría; y la sabiduría ahorra sufrimientos y crímenes inmensos.
    A veces previene el conflicto e impide que estalle. Mediante buenas palabras, dignas y justas, apacigua a quien se ha enfadado creyéndose lesionado, ofendido o amenazado. _ Es lo que se llama fuerza de persuasión. (…)
    Pero a veces la palabra es acción más fuerte y real que cualquier otra acción. (…)
    Cuidémonos de pensar de alguien: es tan vil y brutal que lo único que puede comprender es el lenguaje de la fuerza. (…)
    ¿En qué se reconoce al noviolento?
    ¿En que es amable y dulce? ¿en que dice siempre sí, sí?
    ¡Ah, no!
    ¿En su paciencia, en su imperturbable calma?
    No, porque para ser noviolento no basta con no ser violento.
    Es noviolento el que apunta a la conciencia.
    Y si para llegar a la conciencia de los furiosos sólo conviene la calma, los asombrará por la humilde serenidad con que aguanta los insultos; y si para sacudir a los inertes, los gritos, las injurias y los golpes valen más, hallará el coraje de la ira.
    Es capaz de burlarse y provocar, si advierte que su adversario está en riesgo de confundir el respeto que le demuestra con adulonería y astucia.
    Es capaz de agredir. Justamente cuando no es defensiva la noviolencia alcanza su mayor legitimidad y pureza. El noviolento premedita su ataque y se lanza al camino, al barco o al tren, para llegar al sitio en que se perpetra la atrocidad o el abuso y para dar testimonio, elevar su protesta, suscitar el incidente y el escándalo.
    Al enemigo se le sirve, se le honra y se le salva, combatiéndolo.
    Y se lleva ese combate hasta su meta, que no es la victoria, ni el botín; sino la reconciliación. (…)
    Efectivamente: si devuelves mal por mal, no reparas el mal: lo duplicas.
    ¿Cómo puedes llamar bien al mal que devuelves?
    Si para castigar al asesino, lo matas, no devolverás por eso la vida a su víctima. Habrá dos muertes en vez de una y dos asesinos: él y tú.
    ¿Cómo puedes afirmar que es un mal menor, cuando tu justicia exige un castigo igual al crimen?
    ¿Cómo puedes creer que es un modo de detener el mal, cuando tú mismo agregas un eslabón al que irán a unirse otros más?
    Ya que el vencido aguarda su hora para tomarse el desquite
    Si lo suprimes, lo vengará su hermano.
    Si lo reduces a la servidumbre, te verás atado al otro extremo de la cuerda.
    La violencia es un encadenamiento. El que piensa liberarse por su medio, forja su propia cadena.
    Las cadenas de la violencia legítima son de un acero más resistente y de mejor factura que el de cualquier ot ra.
    Solamente la noviolencia es la solución efectiva, ruptura de la cadena y liberación.
    Y aún cuando el adversario sea tan tenaz y empecinado como para impedirte arribar a la meta, la lucha te obligará a victorias sobre ti mismo, a experiencias y descubrimientos interiores, cuyo fruto te pertenece. (…)

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